Razones para inducir el parto
El momento clave del embarazo es en el que llega el parto, el esperado nacimiento del bebé. Por regla general, este se suele producir de una forma natural y sin complicaciones. No obstante, en algunas ocasiones, surgen contratiempos que obligan a llevar a cabo lo que se conoce como inducir el parto. Básicamente lo que significa es que el médico se ve en la necesidad de actuar para que las contracciones aparezcan y vayan en aumento.
En concreto, podemos decir que hay varias situaciones en las que el doctor tiene que llevar a cabo esa acción:
Pasada la fecha prevista para el parto
En cualquier embarazo, el ginecólogo encargado establece una fecha máxima para el nacimiento del bebé. Sin embargo, en ciertas ocasiones y por distintas circunstancias, sucede que la mujer sigue sin dar a luz una semana o dos después del día establecido por el médico. En ese caso, se lleva a cabo la inducción del parto porque pueden generarse situaciones de peligro:
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El bebé no recibe todos los nutrientes que necesita para alimentarse porque la placenta no está actuando convenientemente.
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Aumentan las posibilidades de que el niño nazca con graves problemas de salud.
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Está latente el riesgo de que el pequeño fallezca.
Enfermedad maternal
Hay algunas embarazadas que durante el embarazo, o incluso antes de este, sufren enfermedades tales como la diabetes o la hipertensión arterial. En estos casos, también es habitual que se proceda a inducir el parto para evitar que la madre y el bebé vean cómo sus vidas se ponen en peligro.
Preeclampsia
Cierto número de mujeres en estado de gestación, concretamente en torno a un 5%, sufren lo que se conoce como preeclampsia. Esta es un trastorno que pone en serio peligro sus vidas ya que se traduce en síntomas tales como hipertensión, difícil circulación sanguínea, afectación de órganos vitales…Asimismo, en el caso del feto, puede suponer tanto que se dificulte la llegada de nutrientes que recibe como que la placenta se desprenda. Por estos y otros motivos, los doctores también apuestan por inducir el parto.
Se rompe aguas y el parto no se inicia
Otra de las razones que lleva a los ginecólogos a tomar la decisión de inducir el alumbramiento es que la mujer ha rotado aguas pero, sin embargo, el parto no se inicia. En ese caso, los doctores tienen claro que el nacimiento debe producirse, entre otras cosas, porque puede poner en serio peligro el útero de la madre, pues puede sufrir una fuerte infección. Y esta traería consigo, al mismo tiempo, que el niño también corriera un gran riesgo.
Otras causas para inducir el parto
Además de todo lo expuesto, tenemos que exponer que existen otros motivos para que los médicos decidan que ha llegado el momento de inducir el parto. En concreto, entre los más significativos se encuentran los siguientes:
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La mujer tuvo antes otro embarazo y el bebé nació muerto.
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El bebé tiene poco líquido amniótico.
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La placenta no está realizando su función de manera correcta.
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El niño está sufriendo algún contratiempo.